La primera cosa que debe hacer como padre es hablar con su hijo para entender por qué está comportándose de esta manera. Puede ser que él esté enfrentando algunos problemas personales, o tal vez esté experimentando algún tipo de presión o estrés en la escuela o en casa. Una vez que haya identificado la causa, ayude a su hijo a buscar soluciones constructivas.
Ayude a su hijo a comprender que el acoso no es una forma aceptable de comportamiento. Explíquele que el bullying no es una manera de tratar a los demás y que no está bien. Puede ayudarle a desarrollar una comprensión mejor de cómo sus acciones afectan a los demás. Invítelo a hablar con un adulto de confianza sobre sus sentimientos o preocupaciones. Esto puede ser un profesor, un entrenador, un consejero escolar o un miembro de la familia.
Ayude a su hijo a construir relaciones positivas con otros. Promueva actividades de grupo que fomenten el respeto mutuo, la colaboración y la inclusión. Ofrezca a su hijo algunas estrategias para manejar sus emociones. Esto puede incluir actividades como respirar profundamente, escribir sus sentimientos, salir a caminar o hablar con un psicólogo infantil.
Mantenga una comunicación abierta con su hijo sobre el comportamiento del bullying. Hable con él sobre las formas en que puede tratar a los demás con respeto y compasión.
Finalmente, manténgase al tanto de los acontecimientos en la escuela, en el vecindario y en línea para estar al tanto de cualquier comportamiento inadecuado.